Conservación y Aprovechamiento de la Biodiversidad para Restaurar el paisaje de la región serrana Chiapas-Tabasco 

Colaborando con: 

🧑‍🤝‍🧑 Personas beneficiadas

  • Directas: 54 personas productoras (15 mujeres y 39 hombres)
  • Indirectas: 290 personas 
  • Total estimado: 344 personas
    4 localidades

🌱 Alcance potencial

  • Comunidades potencialmente beneficiadas: 15 localidades
  • Superficie intervenida directa:
    • 24 hectáreas reforestadas 
    • 4,600 hectáreas influenciadas
    • 4,083 hectáreas bajo prácticas de conservación y manejo sostenible
  • Personas beneficiarias potenciales: 700 a 800 personas
  • Hectareas potenciales: 8,000 ha

Objetivo del proyecto:

Contribuir a revertir la degradación forestal y la pérdida de biodiversidad en la región serrana de Tacotalpa, Tabasco, mediante el fortalecimiento de dos sistemas productivos locales – la apicultura y las artesanías de mimbre mutusay – bajo un enfoque territorial sostenible e incluyente.

Acerca del proyecto:

El proyecto “Comunidades Prósperas y Sostenibles en el Sureste de México” se implementó de noviembre de 2023 a diciembre de 2024 en la zona serrana del municipio de Tacotalpa, Tabasco. Esta iniciativa trabajó con grupos de apicultores y artesanos del mimbre mutusay para abordar problemas socioambientales originados por prácticas productivas no sostenibles. La región presentaba signos de degradación forestal y pérdida de biodiversidad, vinculados a la sobreexplotación de recursos y a la falta de alternativas económicas sostenibles para las comunidades locales.

Bajo un enfoque territorial participativo, IDESMAC acompañó a productores de cuatro localidades (La Pila, La Cumbre, Madero 1ª Sección y Tomás Garrido) en la adopción de prácticas sustentables. Se conformó un grupo núcleo de 54 productores (15 mujeres y 39 hombres) dedicados a la apicultura y al manejo del mimbre mutusay. A través de 18 talleres, 2 capacitaciones y 7 reuniones, se fortalecieron las capacidades técnicas y organizativas de estos productores, impulsando cadenas de valor locales para la miel y las artesanías de mimbre. Las acciones incluyeron la instalación de viveros comunitarios de mutusay, el mejoramiento de apiarios, la capacitación en producción sostenible y la promoción de la organización cooperativa. Todo esto con el objetivo de mejorar el manejo sustentable del territorio, diversificar los ingresos familiares y conservar el patrimonio biocultural de la Sierra de Tabasco.

Logros …

Talleres realizados: 12

Capacitaciones: 3

Reuniones: 10

Principales logros del proyecto:

Establecimiento de viveros comunitarios: Se habilitaron dos viveros de mimbre mutusay en la localidad de Tomás Garrido, gestionados por un grupo de 7 mujeres y otro de 8 hombres. En ellos se produjeron inicialmente 5,000 plántulas de mutusay para reintroducción en parcelas de artesanos. A pesar de pérdidas de plantas ocasionadas por inundaciones, los viveros lograron reponer los ejemplares y trasplantar más de 2,000 plantas a campo, asegurando materia prima sostenible para la cestería local. Además, los artesanos diversificaron la producción del vivero incorporando árboles frutales (como limón, cacao y guanábana) para aprovechar la demanda regional y ampliar el impacto ambiental del proyecto.

Mejora de la infraestructura apícola: Se dotó a los apicultores de equipos y materiales, consolidando la instalación de 30 colmenas nuevas de abejas melíferas distribuidas en 8 apiarios comunitarios (ubicados en La Cumbre, Tomás Garrido, La Pila y Madero 1ª Sección). Con estos insumos – que incluyeron colmenas, herramientas de manejo, indumentaria de protección y material biológico – los productores optimizaron sus apiarios existentes y establecieron nuevos, sentando las bases para incrementar la producción de miel.

Diversificación y valor agregado en la producción: El grupo de apicultores se fortaleció bajo la identidad “Cha’b Ka’Bäl Ñich” (Miel Multifloral de la Sierra de Tabasco), formalizando sus estatutos y diseñando una marca y etiqueta propia para sus productos. A partir de esta organización, comenzaron a diversificar la oferta apícola incorporando subproductos como polen y propóleo, además de miel multifloral. Se espera una cosecha de aproximadamente 1.8 toneladas de miel en la temporada de marzo-mayo de 2025, lo que representa un incremento del 53% respecto a la temporada anterior. La mejora en el empaque y etiquetado, junto con la capacitación en análisis de mercado, ha permitido a los apicultores acceder a nichos de mercado especializados con precios más justos.

Capacitación integral de productores: Se ejecutó en su totalidad un plan de capacitación adaptado a las necesidades locales, impartiendo 18 talleres técnicos y 2 capacitaciones tanto a artesanos como a apicultores. Estos espacios formativos abarcaron buenas prácticas de producción de miel, propagación y manejo de Philodendron radiatum (nombre científico del mutusay), administración de negocios rurales y fortalecimiento organizativo. Gracias a este programa formativo, 54 productores locales (incluyendo jóvenes y mujeres) mejoraron sus habilidades productivas y adquirieron herramientas prácticas para optimizar sus procesos, garantizando la calidad de sus productos y la sostenibilidad de sus actividades a largo plazo.

Fortalecimiento organizativo y colaboración local: A través de procesos participativos, el proyecto promovió la cohesión y organización comunitaria. Se realizaron talleres como “Explorando Figuras Asociativas” y “Fortalecimiento Organizativo”, donde los productores evaluaron opciones para formalizar asociaciones o cooperativas. Como resultado, el grupo de apicultores estableció un calendario de reuniones autónomas y acuerdos internos para gestionar colectivamente sus apiarios (por ejemplo, coordinando el rescate y trasiego de colmenas en su territorio). Paralelamente, los artesanos del mimbre mantuvieron un trabajo conjunto en los viveros y manifestaron interés en constituir una figura organizativa que les facilite la comercialización de sus artesanías. Este tejido organizativo emergente ha consolidado redes de cooperación entre comunidades de la Sierra de Tabasco, creando una base sólida para la continuidad de las iniciativas más allá de la vida del proyecto.

Desafíos …

Los principales retos enfrentados durante la implementación fueron:

Condiciones climáticas adversas: El proyecto enfrentó eventos meteorológicos desfavorables. Una temporada de lluvias intensas y huracanes prolongada redujo la floración de las plantas melíferas, mermando temporalmente la producción de miel. Asimismo, las inundaciones de octubre afectaron los viveros – con la pérdida de alrededor del 30% de las plántulas – y la caída de ramas por viento dañó algunas colmenas. Estas condiciones obligaron a posponer la instalación de nuevos apiarios para finales de año y a redoblar esfuerzos en el control de plagas (hormigas, escarabajos) en las colmenas existentes, adaptando el calendario de actividades a las ventanas climáticas favorables.

Contexto de seguridad y violencia: El incremento de la violencia en el estado de Tabasco representó un desafío para la participación comunitaria. En ciertas ocasiones, la inseguridad limitó la movilidad de los habitantes y su asistencia a actividades del proyecto, especialmente cuando implicaban desplazarse a localidades vecinas. Este contexto adverso influyó en que el número de integrantes activos de los grupos no aumentara significativamente, ya que algunas personas mostraron reticencia a viajar fuera de su comunidad por temor a situaciones de inseguridad.

Disponibilidad y compromisos de los participantes: Algunos productores enfrentaron dificultades para mantenerse involucrados constantemente debido a otras responsabilidades laborales y familiares. Si bien 54 productores formaron parte del proyecto, se observó que algunos miembros no pudieron participar en todas las actividades programadas o no formalizaron su registro en los grupos de trabajo por falta de tiempo y recursos. Este reto requirió flexibilizar horarios de capacitación, llevar seguimiento personalizado y motivar la continuidad de los participantes, buscando conciliar las actividades del proyecto con la dinámica cotidiana de las comunidades.

Impacto …

Principales resultados e impacto del proyecto:

Beneficiarios directos e indirectos: Participación directa de 54 productores locales (15 mujeres y 39 hombres) pertenecientes a cuatro comunidades serranas de Tacotalpa. Adicionalmente, las actividades del proyecto involucraron a unas 290 personas de la región (familiares y miembros de la comunidad), generando beneficios indirectos en aproximadamente 380 habitantes en términos de mejora de ingresos, seguridad alimentaria y recuperación ambiental en sus entornos.

Conservación de ecosistemas y manejo del territorio: Implementación de prácticas de manejo sostenible en alrededor de 4,083 hectáreas de selva mediana y alta en la Sierra de Tabasco. Las acciones de restauración con mutusay y la apicultura sustentable contribuyeron a la conservación de la biodiversidad local. En particular, la propagación del mimbre mutusay abarcó unas 24 hectáreas de parcelas comunitarias reforestadas con esta especie nativa, reforzando la cobertura vegetal y protegiendo los suelos ribereños. Por su parte, los apiarios comunitarios establecieron áreas de influencia de polinización que cubren cerca de 4,600 hectáreas de ecosistemas forestales, favoreciendo la regeneración natural de la flora silvestre.

Incremento productivo y diversificación económica: El proyecto potenció la producción apícola regional, estimando una cosecha anual de 1.8 toneladas de miel multifloral de alta calidad. Junto con la miel, los productores introdujeron nuevos bienes como polen y propóleo, ampliando la oferta de productos derivados de la apicultura. En el componente de artesanías, la disponibilidad de miles de plantas de mutusay garantiza materia prima sostenible para la elaboración de cestería tradicional, aumentando la productividad de 36 artesanos. Estos logros productivos se traducen en mayores ingresos locales y en una economía comunitaria más resiliente y diversificada.

Fortalecimiento social y organizativo: Un total de 54 productores (artesanos y apicultores) mejoraron sus capacidades a través de la formación técnica y organizativa, sentando las bases para la continuidad de las iniciativas. Como resultado, emergió una organización de apicultores formalizada con identidad propia (“Cha’b Ka’Bäl Ñich”), integrada inicialmente por 18 miembros, la cual ya opera de forma autónoma gestionando actividades productivas y vinculándose con actores clave (universidades, gobierno local) para darle sostenibilidad a su trabajo. De igual forma, los artesanos del mimbre consolidaron un espacio de cooperación comunitaria en torno a los viveros, con miras a establecer una figura organizativa que represente sus intereses. Este empoderamiento comunitario fortalece el tejido social y la gobernanza local sobre los recursos naturales.

Incidencia territorial y replicabilidad: El proyecto tuvo incidencia en cuatro localidades de la microrregión Oxolotán-Tacotalpa (La Pila, La Cumbre, Madero 1ª Sección y Tomás Garrido), demostrando un modelo de desarrollo rural sostenible a escala local. Los resultados obtenidos – en producción, conservación y organización – sientan un precedente para replicar experiencias similares en otras comunidades del sureste de México. Las lecciones aprendidas y los planes de negocio elaborados (para la comercialización de miel y artesanías) servirán como hoja de ruta para que estos grupos y otras organizaciones locales continúen prosperando de forma sostenible, elevando la calidad de vida de las familias campesinas y protegiendo el entorno natural de la región.

Mapa de impacto apicultura

Mapa de impacto mimbre mutusay